Éste
es otro pantalón de otra época, que venía ya de por sí cargado
con grandes historias de cuando lo llevaba como lo que era: un
pantalón.
En su día no fui capaz de tirarlo, así que hace algún
tiempo, en un arrebato de aligerar mi armario, me lo volví a
encontrar, y decidí convertirlo en vestido. Y en su nueva forma,
vuelve a ser una de mis piezas favoritas, que admite ser llevado en
verano y "a pelo", como también en invierno con una camiseta de manga
larga debajo y unas buenas botas.
...por lo tanto, está más que trotado, el pobre….
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